La primera vez que te vi, me dabas miedo. No sé por qué me seguías en la discoteca, ni por que me
mirabas todo el rato. Cada vez que me mirbas cogía a mi amiga de la mano y salíamos a tomar el
aire. Además destacabas, eras de los más altos de esa discoteca, además de los camareros. Vivías
al lado de mi casa y yo ni lo sabía, ni siquiera me había fijado. Luego me cambié de cole, y dio
la casualidad de que ahí estabas tú. Hablabamos por internet, me caías bien, pero cuando te veía
por a calle no quería saludarte, no me gustabas, me dabas miedo. ¿Cuánto tenía yo? ¿13 años? ¿14?
No lo sé, pero no me gustabas. Teníamos un apodo 'gracioso' que tú mismo decidiste, y un día, me
paraste justo en la puerta del supermercado. Después de pasarte los sábados siguiéndome en esa
discoteca con tus amigos -que también me daban miedo- me preguntaste: '¿Eres Aida?' Sí, era yo.
Conociste a mi hermano, no quiero explicarme cómo, no lo recuerdo, pero derepente estabas en mi
casa jugando a la play con él y mi padre. Inexplicable. Empezamos a hablar más, a vernos más por
la calle, en la puerta del cole cuando ibas a buscar a tu hermana. Dejaste de darme miedo, me hacías
gracia. No recuerdo cómo fue cambiando nuestra relación, pero míranos ahora. No sé qué sería de
mí sin ti. Eres un pedazo de mi vida, de mi día a día, y lo sabes. Todas las noches nos vemos, o
si más no, todos los fines de semana. Vienes a mi casa como si fuese la tuya, abres la nevera como
si vivieses aquí, tienes, con mi madre, la misma confianza que tengo yo, y con mi hermano, y con
mi padrastro. Sabes todos los malos momentos que he pasado, tú más que nadie. Los has vivido conmigo.
Cuando se fue mi padre, me dijiste 'Yo seré tu padre', eso no se me olvida, 'papá'. Muy a menudo
también te odio, odio tu chulería, y tu ego, por las nubes. Odio que te creas superior al mundo, y
odio sobretodo, que tengas razón cuando me dices que yo no sabría vivir sin ti. Para que luego digan
que la amistad entre un chico y una chica, no existe. Me has arropado en los momentos más fríos, y
me has ido soplando para joderme. Me has llevado por el mal camino. Te reíste de mí en uno de los
momentos que más sufrí de mi vida, -fue una caída tonta, yo también me hubiese reído.- pero puedo
perdonártelo todo, sólo por el echo de estar aquí, ahora. ¡AH! Y el verte llorar. El echo de verte llorar,
no sé si lo has notado, pero lo soporto tan poco, que me quedo en blanco. Intento fingir que no
importa, que no pasa nada, que todo va bien, pero me deshaces por dentro. Hombre, normal. Imagínate
a un chico tan alto como tú, tan aparentemente fuerte, llorando, y añádele el cariño que te
tengo, y que soy una chica bastante sensible. Nunca, en todos éstos años, te he
llamado por tu nombre, no puedo. Tampoco tengo pensado hacerlo, pero aún así, puedo afirmar que
eres nucho más importante que alguno que lleva mi sangre. Tú no necesitas mi sangre para formar
parte de mí. En realidad me da 'cosa' escribir sobre ti, porque, cuando escribes algo sobre un
chico, algo diciendo "Eres un pedacito de mí", suena como si estuviese enamorada. ¿Sabes? Es
amor, no lo dudo, -No lo dudas tú tampoo, lo sé.- pero es un amor muy diferente. Ya te dije hace
poco, imagínanos, tú, yo, juntos. Juntos como pareja. No seríamos capazes de soportarnos, odio
todas tus relaciones, odio que detrás de cada frase que le sueltas a tu novia, digas 'mi amor', o
'mi vida', a mí me gustan los chicos cariñosos, pero no soportaría eso. No soportaría nada de ti,
creo yo, ni tú me soportarías a mí. Somos tan, tan, tan diferentes, y tan asquerosamente iguales,
que confío en que siempre, pase lo que pase, tendremos contacto. A veces pienso en que, estamos
creciendo, tú quieres irte a vivir lejos, yo también. ¿Y si nos separamos tanto? Supongo que los
dos sobreviviríamos, tú te irías con la persona que quieres, y yo con la persona a la que más
quiero ahora mismo, pero, ¿Qué es de la amidstad? Parece queno tiene ni voz ni voto, aquí. Parece
que en cualquier momento, todos éstos años pueden irse a la mierda, todos esos momentos, todas
esas pequeñas costumbres, como sería abrazarte por la calle cuando tengo frío. Todas as chicas
nos abrazamos a algún chico cuando tenemos frío, pero la mayoría de ellas, cambian de 'mejor amigo'
cada dos por tres, les diran meses, yo no abrazo a otro chico que no seas tú -Refiriéndonos a
amigos, novio aparte, evidentemente.-. Te quiero, 'buenorro'. Te quiero mucho, o suficiente como
para estar decidida a quererte siempre así, con tus pros, tus contras, tus manías. Quiero ser
tu mejor amiga, y quiero serlo siempre. Quiero seguir esperándote por la noche para pasear al
'peluche andante' que tienes como perro. Quiero seguir riéndome de ti cuando lo paseas, con esa
cara de ángel que tiene, y la cara de cabrón que tienes tú. Me encanta meterme contigo, y eres de
las pocas, poquísimas personas a las que les consiento que se metan conmigo, hasta cierto punto,
claro está. Eres increíble, no lo dudes nunca.