martes, 29 de enero de 2013


Desde el paraíso, entre tus brazos.



No sé si estoy enamorada de ti, o de tu risa. Si los besos suaves que me das me quitan el aire, o me lo dan. A veces me pregunto si lo que siento por ti es normal, si es lógico que en tan poco tiempo te hayas apoderado de mí, de mi corazón, de... de todo lo que tengo, aunque casi no tengo nada. No puedo dejar de preguntarme algo, aunque sé que aún es temprano para pensarlo, pero el echo de que alguien me ayude tanto, me cuide, me mime... me quiera, hace que me lo plantee una y otra vez; ¿Eres el amor de mi vida? Si no lo eres, al menos puedo decir tranquilamente que nadie, nunca en la vida, había conseguido hacerme tan feliz, aunque no siempre sepa demostrártelo. Eres el chico con el que más me he reído, y con el que menos he llorado, de momento. Te necesito para mí, a ti, a tus besos, tus caricias, tus tonterías, tus mordiscos, tus halagos, tus desprecios, tus risas y sonrisas... Necesito tu corazón para hacer latir al mío.

lunes, 28 de enero de 2013

De ti.


Cuando digo que te quiero con locura me refiero a la locura real, a la locura de ser capaz de cualquier cosa, de hacer lo más rastrero, sucio, y vil sólo para gustarte, para conseguir sonrisas de tu boca, como si con cada una me regalasen algo valioso, tan valioso como ya lo eres tú. Supongo que cuando alguien es capaz de envenenarte así con un beso haces esas cosas. Supongo que, así es el amor, y no hay nada que hacer al respecto. Yo soy de ti, porque quiero serlo, y a la vez soy la persona más libre del mundo, porque libremente he elegido ser tuya. No podría haber caído en mejores manos. Te amo.




'¿Me amas? ¿Más que ayer, y menos que mañana?
No quiero una respuesta, sólo que ocupes mi cama.'


jueves, 24 de enero de 2013



Pensándolo mejor, ya casi ni me preocupa que a veces fueras tan tierna, y otras tan hija de puta.

martes, 22 de enero de 2013

'Si no te hubieras ido, a lo mejor nada de ésto habría pasado.'



[...] 
 -Asia, haría cualquier cosa por ti. Lo sabes, ¿verdad? - Asia no contestó. Se limitó a incorporarse de nuevo en el asiento-. Haría cualquier cosa porque estuvieras bien - repitió.
 Entonces Asia le miró.
 -¿Cualquier cosa?
 Pablo asintió.
 -¿Como volver a casa conmigo y con mamá?
 Pablo se quedó desconcertado y no supo cómo reaccionar.
 -Asia... eso...
 -Entonces no digas que harías cualquier cosa por mí, porque es mentira.
 Y sin más, salió del coche y dio un portazo. Se puso a caminar por la acera en medio de la calle iluminada por tres farolas. Pablo salió del coche y la llamó.
 -Asia, ven. Sube, no seas tonta.
 Asia echó a correr. Pablo suspiró, derrotado. Se metió en el coche, en el asiento del conductor, y arrancó. Decidió seguirla, y cuando estuvo a su lado, abrió la ventanilla.
 -Cariño, ¿y de qué serviría que yo volviera a casa?
 -Si no te hubieras ido, a lo mejor nada de ésto habría pasado.
 -¿Qué? ¿Por qué dices eso?
 -¿No se lo dijiste a mamá ayer? Que era todo por su culpa, y por la vida que llevaba.
 ¿Nos escuchaste? -Asia no dijo nada-. Eso lo dije porque estaba enfadado... Uno a veces dice cosas que no quiere decir, que ni siente. Venga, sube al coche, que te llevo a casa.
 -No, prefiero ir andando.
 -Asia, hay cinco kilómetros...
 -Me da igual.
 Y Asia echó a andar a paso rápido. Pablo no se rindió y la siguió con el coche. Ella entonces se metió por una cale por la que Pablo no podía girar. Pablo aceleró y dio la vuelta a la manzana. La interceptó cuando salía de esa calle.
 -Asia... no voy a dejarte sola.
 -Papá, ya nos has dejado solas, ¿Vale?
 Asia se alejó. Pablo paró el coche. suspiró. [...]

"Los tatuajes no se borran con láser" de Carlos Montero.

Moría de ganas de terminar de leerlo, pero a cada capítulo intentaba dejarlo, para que me durase más. No escribo críticas, no tengo ni la más remota idea de hacerlo, pero como cada vez que leo un libro escribo algo sobre él, ahí va.
Voy a empezar llevándole la contraria a la tapa. "El libro que tus hijos no querrán que leas..." Ojalá mi madre lo leyera, sinceramente. Quizás serviría para darse cuenta de que, aunque los mayores a veces intentan hacer lo mejor para sus hijos, muchas veces meten la pata hasta el fondo, y pueden formar en nuestras cabezas traumas irreversibles. Una vez aclarado ésto, voy a comentar sobre el libro.
Nerea. Creo que Nerea es realmente la Rebeca de la realidad. El libro no profundiza mucho sobre Rebeca, pero por lo 'suelta' que parece, me da esa sensación . Asia es la víctima, la entiendo, también he tenido su edad, (y no es que la sobrepase mucho) y la entiendo, aunque sólo sea un personaje, y no una persona. Yo también me dejé llevar por mi serie favorita cuando tenía sólo 12 años; Me teñí el pelo de color rojo cantón, empecé a salir con chicos... No me afectó tanto como a Asia, ni la serie que me 'enganchó' era tan... digamos realista, porque eso es lo que es, pero entiendo que en un momento dado quiera dejarse llevar y hacerse el tatuaje que Rebeca lleva en la serie. El echo del jacuzzi... Supongo que algo tendrá que ver el que la chica se deje llevar con la serie, pero opino que más de la mitad de los sucesos no eran más que coincidencias. 
También me he metido en el papel de Rómulo. Quizás uno de los papeles más difíciles, ya que en un principio sabe que pasa algo pero nadie quiere informarle, porque es pequeño. Pequeño, pero no tonto. Él sólo quería ayudar a su hermana.
¿Mauro? Mauro es un cabrón, y lo peor de todo es que los chicos como él existen. Son muy buenos, pero muy malos. Mauro tendría que estar con una chica como Nerea; disfrutarían, y quizás no se harían tanto daño, porque están echos de la misma pasta.
Me gusta Sergio, y me gusta Quique. Al buenazo de Sergio no puedo evitar relacionarle con Fer, de Física o Química, ¿Tendrá algo que ver con que el escritor del libro, sea guionista de la serie? ¿O será por las pocas historias homosexuales que he visto/leído hasta ahora? No lo sé, pero sea como sea, me encantan las historias gays, creo que son tan bonitas, o más, que las heterosexuales. 
Petra y Pablo. Como personajes, son los que menos me gustan. Supongo que porque soy adolescente, y no me gusta que mis padres se metan en mi vida, y menos denunciando a los amigos de su hija sin saber exactamente lo que había sucedido, aunque en ese caso tuviesen razón. No me gusta que estén separados, ni que la madre chatee con hombres, pero creo que de todo el libro, es una de las cosas más reales. La mayoría de padres están separados hoy en día. 
Alba también me gusta. Tenía una amiga parecida a ella. Con las ideas claras, un poco loca, lanzada, pero con una gracia y un corazón enormes. 

El libro en sí me ha gustado mucho, la relación entre los personajes, los pensamientos y la forma de ser de cada uno, las iniciativas, empezando por la de Rómulo, de pintar la fachada de la casa del agresor de su hermana, aunque luego metiera la pata. ¿Cómo un niño tan inocente iba a saber que podía hacerle daño a su hermana con eso? La iniciativa de Pablo al contar la historia a un periodista también podría haber sido buena, con el periodista adecuado, quizás, pero no con ese. La 'escena' que más me ha inquietado es la del programa de televisión. ¿¡Cómo no iba a estar nervioso Quique, si lo estaba hasta yo!? Y Óscar... Ese chico no me ha gustado desde la primera mención en el libro, lo tachaba de chulito nada más aparecer. También ha habido momentos en los que se me ha encogido el corazón, el más pronunciado era el que Asia ve la grabación con Sergio. Era una violación, todo el mundo sabe lo que es, pero leer eso después del cariño que se les coge a los personajes no tiene ninguna gracia. Ponerme en el papel de Asia ha sido escalofriante, pero ponerme en el lugar de Sergio... No sé si yo hubiese sido capaz de enseñárselo. 

"Carlos Montero, guionista de éxito, cuenta en su primera novela una historia que nunca se habrían atrevido a emitir por televisión" ¿Pues sabes qué? Me encantaría que se emitiera, sinceramente, pero con el lío que se podría montar... entiendo que no lo hagan.

"NO QUERRÁS, PERO TE SENTIRÁS ALUDIDO" Supongo que todo el mundo que lo lea se sentirá familiarizado con alguno de los personajes, yo, lo he echo.

Algo que me ha echo muchísima gracia es el final de los agradecimientos; "A mis padres, con la esperanza de que no se asusten mucho leyendo la novela. Papá, mamá, es todo mentira."


¿Qué me ha enseñado el libro? Que mire por mí, que los demás no lo harán, y si lo hacen, por mucho que te quieran pueden joderte la vida, aunque sea sin querer.

domingo, 20 de enero de 2013

"[...]Tú de traje, yo desnuda, a la luz de la luna,
imaginemos que jamás vas a cambiarme por ninguna,
voy a dejarme llevar bajo tu cuerpo prohibido,
mientras dibujes con la lengua el contorno de mi ombligo.
Entre tus sábanas vuelo y entre tus brazos despego,
no soy de dulces, pero chico, en tu dulzura me pierdo,
cuando deslizo mis manos por tu espalda es cuando entiendo
que quiero pasar mi vida rozándote, cielo. 
Me agarro a tu fuerza cuando la mía me falla,
si las palabras me tiemblan, me subiré a tus agallas,
lo siento, soy de las que no pueden soltarse de la única mano
que hace que poco a poco reste importancia al pasado.
No me mires así, no pongas esa vocecita,
que me exalto, joder, mira, necesito más caricias,
si quieres jugar conmigo al menos sabes como hacerlo,
demuestra que eres un hombre, ya que presumes de serlo.
Tus manos en mi cintura y las mías en tu cuello,
dejaré de ser vulnerable, más a cada 'te quiero',
detengo el tiempo y lo sostengo en la punta de mis dedos,
y te lo presto, contigo compartiría hasta el cielo. [...]"

viernes, 18 de enero de 2013

piel con piel.

"Déjame fumar a caraperro hasta la chusta, 

necesito la fuerza para hacer lo que te gusta. 
Busca, en tus más humedas partes 
con tal de follar soy capaz hasta de amarte. "





Hoy mi hermano de ocho años me ha sorprendido.
Estábamos de camino a casa, volviendo del cole de él, cuando le he preguntado por qué página va del libro que le trajeron los reyes. Me ha contestado que por la página 120, y me ha preguntado por cuál iba yo. En 12 días se ha leído 120 páginas, que ya me ha sorprendido porque no lee todos los días, pero lo que más me ha sorprendido es cuando me ha preguntado: <<Aida, a tú també et passa, que cuan llegeixes un llibre es com si veiessis una pel·lícula al teu cap?>> Sí, claro que me pasa pero... ¿A él también? ¿Con lo pequeño que es? No hace ni un mes que tiene 8 años, va a segundo de primaria, en su clase los niños tardan meses en leer un libro, y la mayoría ni siquiera lo entienden -la profesora dice que es lo normal, cuando empiezan a leer.- pero, ¿Como puede entenderlo tan bien? Me encanta descubrir que mi hermano es así de listo.

lunes, 14 de enero de 2013

A un latido del primer beso.

Estás a un latido de distancia de besarme.  Yo ya no aguantaba más, necesitaba que tal beso llegase a su destino, pero a la vez negaba lo que sentía. Logré besarte con la excusa de que no te llevases mi perro de peluche favorito, sabía que eras capaz de llevártelo si no te besaba, y no podía permitirlo. Tú me pediste un beso a cambio del muñeco, yo moría de ganas, pero negaba, negaba, y negaba. Tuve que besarte. Un beso rápido, en el que sólo pude sentir nervios, mariposas, libélulas en mi estómago. Tú me dijiste que eso no era nada, que querías un beso de verdad. Me levanté de la cama, y las piernas me flojeaban, estaba realmente nerviosa. Tú te levantaste conmigo, y ésta vez me besaste tú. Me besaste de verdad, y me enamoré, me acojoné, y mil cosas más que no sabría cómo explicar. Te acompañé a la estación, para que volvieses a casa, y sinceramente, no tenía ningunas ganas de que te fueses. No quería besarte en la despedida, porque sabía que ese beso me jodería la semana, hasta que volviese a verte. Me besaste igual. Ahí fue cuando decidí que quería algo más serio contigo, no podía evitar pensar en ti, era imposible. Te necesitaba, te necesito... y puedo asegurarte, que te necesitaré durante mucho tiempo.

Tu vida, como mi muerte.


Cuanto más crece la pasión, más agudiza el miedo a perderte.

Lágrimas y sonrisas.

[...] Acabo de salir de la ducha. Riendo y llorando. Me gusta llorar dentro de la bañera por varios motivos; Cuando las lágrimas caen al agua, son menos lágrimas. Porque después de hacerlo, sonrío. Siempre hay algún motivo para sonreír, por insignificante que parezca, y porque el sonido del agua hace que nadie escuche mis llantos. Hoy he llorado de dolor, y no de corazón. He entrado, y me he sentado con las piernas flexionadas. He dejado caer algunas gotas de agua sobre mi rodilla derecha, me dolía. Sólo eran gotas de agua, y aún estando en el agua, he empezado a notar que sudaba. Me he preguntado por qué a mí toda esa mierda. Por qué me duele, por qué me jodieron la pierna en esa maldita operación, por qué no me la arreglan, por qué. Preguntas sin respuesta. Después de pensar en todo, he dejado caer el chorro grande de agua. Me dolía mucho, y he empezado a llorar. Llorar por un chorro de agua que cae sobre una cicatriz que no dice nada. Odio esa sensación. Miro mi pierna y me asquea su aspecto. Muchas partes de mi cuerpo me dan asco, pero si al asco, le añadimos dolor, el asco se multiplica, y el dolor se intensifica. Rápidamente he buscado algún motivo para sonreír, para evadir el pensamiento que tenía, para rescatar el bienestar entre ese maldito dolor, y he salido de la ducha. He desempañado el espejo con la toalla blanca y me he mirado en él. Normalmente, ese es el motivo que tengo para llorar; mi cuerpo, pero hoy no lo era, hoy ha sido el motivo por el cual sonreír. No me gusta mi cuerpo, me muero de ganas de cambiarlo, no me gusta ni siquiera acariciarlo, mirarlo, o pensar en él, aunque todas esas cosas que odio, sigo haciéndolas. Me he preguntado por qué me odio tanto, y si realmente tenía sentido ese rechazo hacia mí misma, y no he obtenido respuesta. Quiero ser mejor persona, quiero adelgazar para estar más guapa, para él. Para él también quiero maquillarme, peinarme, ponerme zapatos de tacón, y todas esas pequeñas cosas que hacemos las mujeres para seducir a alguien, todas quiero hacerlas por él, pero luego, cuando estamos juntos, la cosa cambia. Me quita el maquillaje a besos, no le importa que no me peine, y me desnuda. Me desnuda sin juzgarme, sin hacerme ningún tipo de ascos, al contrario, me dice que me quiere, que estoy preciosa, me besa, y me hace sentir mujer. Tenía tantas ganas de sentirme mujer de esa forma... Sabía que lo conseguiría, por Dios, no tenía más que 18 años, y pensaba que tranquilamente hasta los 30 no sentiría nada así, pero mira tú por donde, aquí te tengo, a ti y a tus juegos, a tu manera de hacerme reír, de conquistarme incluso teniéndome, cosa que admiro más que cualquier otra. Incluso cuando te metes conmigo, todos los días, con mis manías de niña pequeña, con mi cara 'de pan', con mi pijama, sobretodo, incluso ahí estás conquistándome, enamorándome más a cada día que pasa, teniéndome lejos, llamándome, mandándome mensajes,... No sé como coño lo has echo para eliminar la repugnancia hacia mí  misma que tanto odio, ¿Por qué hoy no me odio tanto? Por ti, por como me miras, por como me tratas. Sea cual sea el motivo por el que sonrío al salir de la ducha, terminas siendo tú. Eres tú, siempre.

jueves, 10 de enero de 2013

Desde que me enamoraste. [3-4]

"[...] Odio que me quite el maquillaje a besos y lametazos cuando salimos, pero incluso eso lo echo de menos cuando vuelvo a Granollers. Necesito más de él que él de mí, yo soy la débil, yo soy la tonta, él es quien lo da todo por mí, quien me saca sonrisas, y quien me hace feliz incluso a distancia. [...] ¿Que si viviría con él? Me sobran tantas ganas que podría forrar mi habitación sólo con las que me sobran. [...] Y por supuesto, ¿Qué me dices de sus labios? Recuerdo la primera vez que me fijé en ellos, no lo tenía en frente pero me moría de ganas. Él estaba hablando con sus amigos, y yo mirándole de reojo como quien no quiere la cosa, jugando con la cámara de fotos para fingir que no le miraba a él directamente, haciéndole fotos a telarañas, a hojas secas, al suelo, a mis pies. A todo, con tal de que no se me notara. Supongo que tendría algo que ver, el echo de que me fijase tanto, con que un par de días antes me dijo que yo le gustaba, y me sentí como 'bueno, a mí no va a gustarme, así que no importa' pero otra parte de mí pensó 'ya puedes dejar de hacer el imbécil y decirle que él también te gusta'. Me decanté por la primera opción, pensé eso hasta que no pude más, hasta que me chantajeó con un beso, y fue la oportunidad perfecta para dárselo. Con la de veces que había pensado en ese momento, y resulta que no se pareció nada a lo que yo tenía 'planeado'... Eso sí, cuando me robó ese beso (porque me lo robó) me sentí como en una película de esas de Disney. Fue todo tan tonto que quedaría raro incluso escribirlo, pero por fin, por fin le (me) había besado, aunque me prometí a mí misma que no repetiría (cosa que no cumplí, evidentemente). [...] A día de hoy entiendo por qué no podía mirarle a los ojos cuando me hablaba; porque sabía que iba a caer dentro de ellos, y que quizás no sabría salir. Y ya sé por qué me gustaron tanto sus manos; porque si algún día caigo en otros ojos, sé que sus manos me rescatarán, para que me quede en los suyos y no cometa más errores. Y también sé por qué me gustaban sus labios; porque desde que me besó, no puedo decirle que no a nada (a casi nada). Es el conjunto de manos, ojos, y labios perfectos. Todo lo que tiene es perfecto. ¿Y sus defectos? Porque todos tenemos defectos. Bien, éstos también lo son. [...]"

'Y volar.'

'Y poder bailar un vals con las palabras, llorar por tantos miles de millones de miserias, estar agradecido por vivir entre papeles, recuperar mi fuerza, y no dormirme en los laureles. ¿Me quieres? Yo suelo querer más de lo que debo. Yo bebo de la fuente del amor mientras me elevo, meditando.'

miércoles, 9 de enero de 2013



"[...]
Quiero volver a notar la textura de esos labios,
quiero ser la* más inculta* en este mundo de mil sabios.
Si ya sabía yo que el no pensar es ser feliz,
y que lo que necesito es volver a sonreir.

A ganar, a sentir que lo puedo conseguir.
Aunque que lo haga como el culo, sea una* chula* o meta bulos
sólo subo con tu culo en mi cintura, chico* tú lo
ves como me enmudo con tu boca como embudo.
[
...]"

Endecah.
"- ¿Y cómo te sientes cuando te controlan?
+ A mí nadie me controla. Nunca.
- Incluso cuando piensas que nadie te controla, alguien está controlándote para que lo pienses.
+ Tonterías.
- ¿Te das cuenta? Me estás creyendo pero no quieres admitirlo.
+ Y tú, ¿Cómo sabes todo eso? ¿Porque piensas que alguien me controla?
- Porque ese 'alguien' soy yo. Intento controlar tus pensamientos para que me veas con buenos ojos. Para que me quieras.
+ Te quiero y te veo con buenos ojos, sin que intentes controlar lo que pienso.
- Eso no lo sabes. No sabes desde cuando estoy controlándote.
+ No creo que lleves más tiempo controlándome del que llevo yo queriéndote."


Soy ese tipo de chica blanca como un chicle mascado. Todo me afecta; la más mínima palabra puede hacerme añicos por dentro. Soy frágil, necesito refuerzos, gente que me quiera, y que no me fallen, como todo el mundo. Tengo traumas, pájaros, mariposas, y sobretodo, libélulas en la cabeza, y el corazón lleno de cicatrices. Algunas de esas cicatrices están curadas, otras en carne viva, pero al fin y al cabo todas ellas son cicatrices, y necesito que alguien me las cure, o lo intente.
Como la mayoría de chicas, reboso amor por cada poro de mi piel. Amor por me da lo mismo, y por quien no. Amor por Tania, por Shei, por mis primas, por Oty... Amor por mi novio, que no hay momento alguno en el que me falle, por suerte.
Supongo que todas las mujeres, o la gran mayoría, habéis sentido alguna vez que alguien os quiere. Yo nunca lo había sentido, lo siento ahora con cada caricia, cada vez que me llama 'princesa', cada vez que me dice que me quiere, cuando me dice que me echa de menos, y lo que es más importante; cuando me lo demuestra. Es una gran debilidad. Uno de mis defectos son los celos; cada chica que se le acerca, que le habla, que le mira... Cada chica a la que se acerca, a la que habla, a la que mira... Todo me mata. Tengo tanto miedo de perderle que por momentos dejo de pensar en lo que me gustaría hacer a mí, con quién me gustaría quedar a mí, para centrarme en lo que le gustaría a él, para que él no se enfade, para que no le sienta mal nada. 
No me gusta salir a emborracharme, ni a bailar, prefiero quedarme en casa viendo fotos de personas a las e echo de menos, escuchando música que me recuerde a esas personas, o dibujando. O escribiendo. O viendo películas. Soy diferente de las demás, y a veces no me importa, pero otras me mata. Me mata tanto como un beso de veneno. Como una espina de dos metros directa al tórax. 

Tienes mi libertad en tus manos, y no quiero que la sueltes.


viernes, 4 de enero de 2013

DCK - Así es.



[..] Siempre protejo todo lo que es mío, ¿sabes?
que yo quiero ganar, y un empate, de nada vale,
tropiezo a menudo, siempre con la misma piedra,
piso a tantos gilipollas que yo mismo  huelo a mierda.

Cabrón, parame si puedes, ven,
te presento a mi aliado más fuerte; es el papel
no intentes saltarte los pasos, no sirve de nada,
puedes cortarme los pies, pero tengo alas.

Mantente fuerte a cada puto paso,
mirar hacia adelante, y no pensar en un fracaso,
que nadie pueda decir que no lo has intentado,
cuando se trata de victorias, nunca es demasiado.

Siempre agradecer a aquél que te tiende la mano,
eso es sagrado, y mucho más si te ha tratado como hermano,
mi vida es como el parchís, a veces pierdo, y otras gano,
la diferencia, es que  yo no tiro el dado.

Si te fuiste de mi vida, pide permiso pa'volver,
yo nunca olvido las palabras del ayer,
soy rencoroso, lo sé, y no me arrepiento,
de haber tomado decisiones contrarias al viento.

¿Dices que soy un cabrón? Pues te daré razones,
así aprenderás a no jugar con ilusiones,
humildad sí, pero sin dejar que te pisen,
a más de uno se lo dije, a sólo una quise. [...]

Creo que desde éste año, voy a odiar todas las navidades de mi vida. Éstas épocas, ha echo un año que me regalaron una gata. Sí, sólo eso, una gata. MI gata. Tuve que regalarla, por lo que sea, fue una necesidad, pero eso no me importa, lo que me importa es que la perdí. Además dentro de poco hará un año también que perdí a alguien que me importaba, aunque sus risas, y no sonrisas, hacen que empiece a pensar que quizás no valga la pena estar así por ella. También echo de menos a alguien que sí tengo, pero lejos. Es una putada que la persona a la que más quieres esté tan lejos, que sí, hay parejas que tienen muchísimos kilómetros más entre ellos, pero lo que a mí me importa es que no puedo verle tanto como quisiera, cuando me siento sola, cuando me siento mal conmigo, con mi cuerpo, como ahora. Necesito a Tábatha, le necesito a él, necesito tantas cosas que es inútil seguir pensando, seguir rallándome por 'tonterías', que para mí no lo son, pero sí para el resto del mundo.

martes, 1 de enero de 2013

Pocas cosas me avivan más que tenerte cerca. Podría decir que eres mi autoestima, y no estaría equivocándome. Sueles estar lejos cuando no la encuentro, y cuando estás conmigo, cuando me abrazas, me besas, me dices que me quieres, me sonríes, o simplemente, cuando me miras, es cuando mi autoestima sube poquito a poquito. Necesito tus manos entrelazadas con las mías, necesito estar en tu habitación y respirar el aire que tú respiras, respirarte a ti. Necesito acariciar tu espalda, besar tu cuello, y meterte la mano dentro del  pijama para tocarte el pecho. Tienes todo lo que siempre quise, con extras. Pensé que jamás te encontraría, aunque sabía que tenía tiempo de buscarte, pero soy de rendirme rápido cuando no tengo un motivo para no hacerlo. Ahora te tengo, y ese motivo que no tenía antes para encontrarte, es ahora el motivo por el que quiero cambiar mi vida. Ese motivo eres tú, por ti quiero cambiarlo todo, quiero ser mejor, quiero que me quieras más, y no es que no me conforme con lo que me quieres ahora, pero no puedo evitar querer más, y más. 
Que le den a la distancia, al tiempo, y a todo lo que quiera meterse entre nosotros.


'Por ti aprenderé a ser fuerte, a no dejarme caer, para que no tengas que sostenerme.'